domingo, 18 de noviembre de 2007

Ontem, hier, ieri.

Una mañana de sábado. Sensación de vacío. Pocos deseos de salir. Tomar el transporte público. El metro falla. Retrasarse. "Desalojen el vagón", piden. Tomar otra ruta. Percibir a lo lejos una cara conocida. Saludar. Intercambiar unas cuantas palabras. Despedirse. Transbordar a otra línea. Quedarse dormido en el vagón. Llegar a Ciudad Universitaria. Facultad de Ingeniería. Entrar al auditorio. Clase de teatro soporífera. Sensación de vacío dentro del auditorio. Tarde soleada de sábado. Sentir frío por dentro. Un par de llamadas. Regresar a casa. Transporte lento, lleno a reventar. Sentir entre el tumulto esa sensación de vacío que regresa. Llegar a casa. Abrir la puerta. Saberse solo. Subir a la habitación. Recostarse. Cerrar los ojos. Encontrar tras de los párpados la misma sensación de vacío. Quedarse dormido. Despertar un par de horas después. Una llamada. Una invitación a salir. Silencios. ¿Cómo explicar esta abulia? Disculparse por estar indispuesto. Noche de sábado. Silencio en la casa. El sentimiento de vacío está presente en cada rincón. Tomar té. Optar por irse a dormir. Una llamada más. Escuchar su voz desde el lugar en que se divierte. Despedirse. Desear cercanía. Volver a dormir. Despertar y encontrarse con que la sensación de vacío sigue ahí.

4 comentarios:

JCDO dijo...

Antes que nada, me parece genial tu narrativa, me imagine en ese lugar, los microbuses verdes con blanco, la ruta en el triangulo negro, el chofer algo desaliniado, las miradas de los pasajeros, la envidia que me das por tener el privilegio de la UNAM. Me llevo con la imaginación su escrito. Ya me veia parado frente al mural de Diego Rivera. AHHH la UNAM que envidia me da usted, me parece una cuna de pensamientos tan inspiradora, sentarse en sus jardines y admirar ese patrimonio de la humanidad. ¿No le da la sensación de poder cambiar al mundo?

Que buen ensayo Umar, la soledad y la depresión, muchos las atravesamos, pero ahora las veo de otra manera, y creo que me han hecho un bien, eh sido màs sensible a mi entorno, por esos sentimientos horribles que provocan casi panico esos que produce la depresiòn. Pero gracias a eso eh podido enfocar mi energía a la escritura; tal vez como usted, que tan bien lo hace. Y esto (depresión, soledad)que tal vez se pueda ver como algo "malo", puede generar un bien a nsotros mismos y a los demás si lo enfocamos en una manera constructiva, como usted lo hace.

Ya lo haz dicho amigo: "Me sorprenden las coincidencias"

Saludos, es un gusto la retroalimentación con usted.

Anónimo dijo...

Dicha de las palabras que son bien nacidas en este mundo lleno de tristezas. Triste es su padre y madre que las engendraron, sin embrago, ellas son felices porque han nacido. Pero son felices porque aún no conocen la verdad, esa verdad que se haya oculta detrás de las manecillas del reloj. Pobrecillas. El destino es cruel aún con las palabras de buena cuna.

Igual destino tienen los exiliados. Díganmelo, que ese pedazo de tiempo ya es presente y justo ahora, rebana mi piel y la abre en canal.

Soledad Flaubert dijo...

Es estupendo que sepas expresrate así. Trasladas tu sentiimiento más profundo al corazón de los demás. Además, contigo se aprende, al menos yo.
En varias ocasiones, mientras leía tus posts, he recordado a Frida Kahlo. No sé si por tu realismo... ¿Por tu franqueza?, porque con tus temas llegas... No sé...
El otro día conocí L'amitié (Françoise Hardy) gracias al comentario que hiciste a “Cultivando amigos”. Tus palabras isnpiraron mi post: “La estación de la Amistad”. No sé si lo había dicho ni si te diste cuenta que te lo dediqué.

Maria Inez Gelatti dijo...

Apesar de eu ter uma certa dificuldade em entender alguns termos do espanhol, leio os teus textos e compreendo todo esse sentimento que transmites, são muito profundos e acredito que todos nós já passamos e passaremos por momentos assim...

P.S.:Peço desculpas por não ter respondido o teu comentário no meu blog Movimentos da Natureza, só hoje é que fui ler, muito obrigada!

Abraço da

Inez