Mestizos, somos
árabes también.
Alguien que llegó a España hace diez siglos nos circula,
Alguien que llegó a España hace diez siglos nos circula,
conoce
las estrellas, es caravana en el desierto.
Sarracenos con
alfanjes y rodelas cabalgan todavía
las llanuras hacia mezquitas asombrosas,
anegando espacios y aposentos con una lengua de medias lunas.
las llanuras hacia mezquitas asombrosas,
anegando espacios y aposentos con una lengua de medias lunas.
Fernando Rendón
Resulta que estos últimos días he estado recordando un par de escritos pertenecientes a dos poetas palestinos: Samih Al Qassim (1939) y Mahmoud Darwish (1941-2008) y quise compartirlos.
Y es que la dignidad que emana de esos escritos de alguna manera remite a la situación tan crítica que hemos experimentado los mexicanos en los últimos días, jornadas en que privó una descarada irregularidad en los comicios y aún se intenta imponer en la presidencia a un personaje nocivo para el país y nada grato para las mayorías. Así, los ánimos están exaltados. Y esta exaltación viene dada por una sensación de despojo e impotencia; pues se ha pisoteado nuestro derecho a elegir; se nos ha arrebatado la posibilidad de decidir sobre aquello que consideramos lo mejor para nuestro presente y para nuestro futuro.
Respecto a los poemas de esta ocasión, hace falta mirar un poco hacia atrás para conocer su contexto y así captar mejor la contundencia de estos poetas árabes. En primer lugar, hay que tomar en consideración que desde poco antes de 1948, año en que se fundó Israel -tras desembarazarse de la tutela británica-, inmigrantes judíos provenientes de todas partes del mundo llegaron a Palestina, ocupada desde la segunda década del siglo XX por los británicos. En un principio, para los habitantes palestinos esto no significó amenaza alguna y se les abrió las puertas. Sin embargo, repentinamente el número de inmigrantes aumentó. La presencia británica favoreció la creación de agrupaciones de apoyo a inmigrantes judíos, organizaciones que con el tiempo se convertirían en aparatos del estado israelí. Poco a poco los palestinos comenzaron a ser despojados de sus tierras, vulgar latrocinio perpetrado por los recién llegados. Fue en estas circunstancias que surgieron grupos armados (calificados de terroristas en occidente) que buscaban recuperar el territorio robado a los palestinos.
He aquí un mapa muy ilustrativo de cómo Israel (en gris) fue apropiándose de las tierras palestinas:
Es de aquellos tiempos que nos habla Samih Al Qassim, quien a pesar de haber nacido en 1939, considera que su año de nacimiento fue 1948, año de gran impacto en su vida, pues corresponde -recordemos- a la implantación de ese injerto occidental en tierras palestinas: el estado de Israel.
EN EL
SIGLO VEINTE
Aprendí
a no odiar
durante
siglos,
pero
me obligaron
a
blandir una flecha permanente
ante
el rostro de una serpiente.
A blandir una espada de fuego
ante
el rostro del Baal demente
a
transformarme en el Elías del siglo veinte.
Aprendí
durante
siglos
a no
proferir herejías.
Hoy
azoto a los dioses
que
estaban en mi corazón,
los
dioses que vendieron a mi pueblo
en el
siglo veinte.
Aprendí
durante
siglos
a no
cerrar la puerta ante los huéspedes.
Pero
un día
abrí
los ojos
y he
visto mis cosechas robadas
ahorcada
la compañera de mi vida
y
sobre las espaldas de mi hijo
surcos
de heridas.
Entonces
reconocí la traición de mis huéspedes
sembré
mi umbral con minas y cuchillos
y juré
en nombre de las cicatrices
que
ningún huésped franquearía mi umbral
en el
siglo veinte.
Durante
siglos
no
fui más que poeta
asiduo
concurrente de los círculos místicos.
¡Pero
me he transformado
en un
volcán en rebelión
en el siglo veinte!
Por otro lado, los palestinos expulsados buscaron refugio en varios países vecinos (como Jordania y Líbano). Otros permanecieron en Cisjordania (pequeñas áreas al oriente del mapa) y a otros se les confinó en la Franja de Gaza (al suroeste del mapa), convertida hoy en día en el campo de concentración más grande del mundo -qué ironía.
Pero aquellos palestinos que permanecieron en los territorios anexionados por Israel, conforman hoy en día una quinta parte de la población y se emplean en trabajos marcados por la precariedad. De éstos nos habla justamente Mahmoud Darwish:
Pero aquellos palestinos que permanecieron en los territorios anexionados por Israel, conforman hoy en día una quinta parte de la población y se emplean en trabajos marcados por la precariedad. De éstos nos habla justamente Mahmoud Darwish:
CARNET DE IDENTIDAD
Registra
Registra
que
soy árabe,
y el
número de mi carnet es el cincuenta mil;
que
tengo ya ocho hijos,
y
llegará el noveno al final del verano.
¿Te
enfadarás por ello?
Registra
que
soy árabe,
y con
mis camaradas de infortunio
trabajo
en la cantera.
Para
mis ocho hijos
arranco,
de las rocas,
el
mendrugo de pan,
el
vestido y los libros.
No
mendigo limosnas a tu puerta,
ni me
rebajo
ante
tus escalones.
¿Te
enfadarás por ello?
Registra
que
soy árabe.
Soy
nombre sin apodo.
Espera,
paciente, en un país
en el
que todo lo que hay
existe
airadamente.
Mis
raíces,
se
hundieron antes del nacimiento
de los
tiempos,
antes
de la apertura de las eras,
del
ciprés y el olivo,
antes
de la primicia de la yerba.
Mi
padre...
de la
familia del arado,
no de
nobles señores.
Mi
abuelo era un labriego,
sin
títulos ni nombres,
que me
enseñó la dignidad del sol
antes
que a leer el alfabeto.
Mi
casa es una choza campesina
de
cañas y maderas,
¿te
complace?
Soy
nombre sin apodo.
Registra
que
soy árabe,
que tengo
el pelo negro
y los
ojos castaños;
que,
para más detalles,
me
cubro la cabeza con un velo;
que
son mis palmas duras como la roca
y
pinchan al tocarlas.
Y me
gusta el aceite y el tomillo.
Mi
dirección
vivo
en una
aldea perdida, abandonada,
sin
nombres en sus calles.
Y
cuyos hombres todos
están
en las canteras o en el campo...
¿Te
enfadarás por ello?
Registra
que
soy árabe;
que
robaste las viñas de mi abuelo
y una
tierra que araba
yo,
con todos mis hijos.
Que
sólo nos dejaste
estas
rocas...
¿No va
a quitármelas tu gobierno también,
como
se dice?
Registra,
pues...
Registra
en el
comienzo de la primera página
que no
aborrezco a nadie,
ni a
nadie robo nada.
Mas,
que si tengo hambre,
devoraré
la carne de quien a mí me robe.
¡Cuidado,
pues!
¡Cuidado
con mi hambre,
y con mi ira!
Soy árabe.
Soy árabe.
Así las cosas, la situación de los palestinos en la Franja de Gaza continua igual. Y es de esperar que esto ya resulte irrelevante a la comunidad internacional y prefiera ocupar su atención en otros asuntos. Por otro lado, me sigue asombrando la avidez con que públicos numerosos asisten a aquellas películas en que se sigue mostrando al judío vejado por los antiguos egipcios o por las hordas hitlerianas. Y es obvio que, si se toma en consideración que las grandes compañías cinematográficas estadounidenses se encuentran en manos de judíos, adivinaremos de qué lado se inclina la balanza.
Sí, es frustrante observar que así van las realidades de este mundo. Unas se invisibilizan y otras se sobredimensionan según sea el caso. Y en México no hay lugar en que no se haya vivido nada de lo que aquí ya se ha hablado. Por esta razón, pienso que el contenido de este post, no puede sernos tan ajeno.
Sí, es frustrante observar que así van las realidades de este mundo. Unas se invisibilizan y otras se sobredimensionan según sea el caso. Y en México no hay lugar en que no se haya vivido nada de lo que aquí ya se ha hablado. Por esta razón, pienso que el contenido de este post, no puede sernos tan ajeno.
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Fuente del mapa: