viernes, 13 de abril de 2012

Dos pequeños cuentos árabes


Es que últimamente andamos algo arabófilos...


Un fuerte empresario de la antigüedad tenía una gran caravana de camellos con la cual transportaba mercancías de un país a otro. Su único hijo no era ambicioso, sino más bien indiferente al entusiasmo de su padre quien pretendía que el hijo fuese continuador de su actividad comercial.

En una de esas travesías el hijo observó cómo un león cazaba a una gacela y la comía parcialmente. También observó que una vez que se retiró el felino, se acercaron los zorros y comieron cómodamente lo que quedaba.

Este chico sabía de las preocupaciones de su padre, de los problemas que él debía enfrentar y solucionar diariamente. Pensó en el episodio del león, del riesgo, del esfuerzo y también analizó la simpleza y comodidad del zorro que, sin ningún esfuerzo, se pudo alimentar sin arriesgar nada.

Cuando regresaron del viaje, el muchacho comentó lo sucedido con su padre, agregando que con todo el dinero que tenían se podría vivir sin problemas, ni sobresaltos, más allá de las preocupaciones y peligros, y terminó poniendo como un ejemplo la actuación del zorro, a lo que el padre le respondió: "Es necesario ser un león y que los zorros coman tus sobras, y no ser zorro y comer la sobra de los leones."

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Un joven llegó a un oasis, bebió agua, se aseó e inquirió a un anciano que se encontraba descansando:

-¿Qué clase de personas hay aquí?
-¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú vienes?, preguntó el viejo.
-Oh, un grupo de egoístas y malvados. Estoy encantado de haberme ido de allí.
-Lo mismo habrás de encontrar aquí,
respondió el anciano.

Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis, y viendo al anciano, preguntó:

-¿Qué clase de personas viven en este lugar?

El viejo respondió con la misma pregunta:

-¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?
-Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.
-Lo mismo encontrarás aquí, concluyó el anciano.

Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al viejo:

-¿Cómo es posible dar la misma respuesta a dos situaciones tan diferentes?

A lo cuál el viejo contestó:

-Cada uno lleva en su corazón el entorno donde vive. Aquel que no encontró nada bueno en los lugares donde estuvo, no encontrará otra cosa aquí. Quien encontró amigos allá, aquí también podrá encontrarlos.

Fuentes:

http://www.laregiondigital.com.mx/web/deportes/49-desde-la-redaccion/17026-qes-necesario-ser-un-leon-y-que-coman-los-zorros-tus-sobras

http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=491

Imagen:
http://www.taringa.net/posts/imagenes/6966565/Proverbios-_rabes.html